Diversos han sido los rumores y críticas que han surgido desde que se filtraran unas fotos que revelarían la supuesta infidelidad del príncipe William con Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley.

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Y es que desde ese entonces, más de un grupo social vinculado con la familia real británica la ha excluido de todas las actividades a las que pertenecía, incluso hasta las de menor influencia en el “entorno real”.

Esto ha traído como consecuencia que los demás grupo de familias o royals intercedan por ella, asegurando que no se puede apartar de manera tan abrupta a una marquesa como ella de un grupo tan influyente como al que pertenece el esposo de Kate Middleton.

Sin embargo, en cada una de sus apariciones, da qué hablar: se le ve sin compañías, ni amistades cercanas como antes. Incluso en la más reciente visita que hiciera el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, la exmodelo fue invitada al banquete de Estado que se sirvió en el palacio de Buckingham y se presentó sin su anillo que la une en matrimonio con el marqués de Cholmondeley.

Esto, sin duda, generó más de un comentario, porque al perecer entre esa pareja existen problemas que atribuyen a la falta de atención que tiene el marqués ante Rose.